sábado, 4 de febrero de 2017

Mi primera experiencia laboral



Queridos Seguidores:

El martes acabé mi primera experiencia laboral y me pareció lindo hacer un cierre a través de los delirios de expresión y de este coctel de emociones que muchas veces desborda en circunstancias inesperadas y rompe con todos mis esquemas

Recuerdo mi primer día, me levanté temprano para llegar puntual y no encontré la oficina (jamás pensé que estaría cerca de un patio y fuera tan pequeña) ante tantos intentos fallidos logré encontrar el CJE (Centro de Jóvenes y Empleo) que por cierto, ninguno de los guardias sabía dónde estaba. La primera persona que vi me pregunto que estaba buscando y yo timidamente saqué mi MEMO y le dije que estaba buscando al jefe. Mi nuevo compañero de trabajo me sonrió y me dijo que estaba en el lugar correcto (me dio buena impresión, en ese instante, no sabía que a partir de ese momento iba a adoptar una actitud de rechazo hacia a mí y hacia mi nueva compañera de trabajo que tenía un nombre tan raro que no podía pronunciar) 

De pronto apareció el jefe sorprendido de mi llegada (los encargados del GAMLP se olvidaron anunciarle que mi compañera y yo llegaríamos ese día) lo dejó pasar y me mostró mi nuevo escritorio (me sentí emocionada!!!) era pequeño pero el ambiente era lleno de color, tal y como quería que fuera mi oficina en algun momento de la U, me sentí llena de colores y apunto de asumir nuevas funciones. Mientras mi compañero de trabajo me brindaba toda la información y mi jefe se movía de un lado al otro, apareció mi nueva compañera de trabajo totalmente perdida al no haber podido encontrar el lugar, nos saludabamos y desde ese momento jamás creí que se iba a convertir en un regalo de Dios maravilloso. Su nombre era Najray y apenas podíamos pronunciarlo pero a medida que fue pasando el tiempo, todos nos acostumbramos

  Mi compañero de trabajo nos contó sobre una voluntariada y nos comentó que permaneció durante mucho tiempo en el CJE y era  parte de la familia, parte del equipo CJE. A las pocas horas la conocimos y nos recibió con un abrazo, como si nos conociera de toda la vida y fue lindo recibir esa cálida bienvenida de una persona desconocida, de alguna forma se me calmaron los nervios y me invadió la ternura

Lo raro, divertido, emocionante e inesperado fueron las nuevas funciones que nos dio el jefe. Najray y yo estabamos un poco asustadas ya que para la siguiente semana teníamos que convocar a muchos profesionales para impartir una charla que motive a muchos jóvenes, ella desde su ámbito (emprendimiento) y yo desde el mío (orientación vocacional). Desde el primer día ya teníamos un nuevo reto y estabamos seguras que ibamos a cumplirlo. Esa misma tarde debiamos elaborar las cartas y entre las dos nos ayudamos a redactarlas, inmediatamente ya supimos como se redactaba de una manera correcta y comenzamos nuestra travesía trabajando juntas


Los siguientes dias fueron emocionantes ya que la siguiente semana ya teníamos que dar nuestro primer taller, así sin anestecia. Tener a Najray como mi aliada y mi compañera de trabajo fue una de las mejores bendiciones, tener que toparme con actitudes de rechazo de algunas personas fue parte de la experiencia y aprender a lidiar con situaciones de improvisación fue parte de la adaptación laboral

Recuerdo mi primer taller, practiqué toda la mañana y mantuve todo en orden, el cronograma, los materiales, el tiempo, las cartillas de trabajo y la secuencia de actividades. Ese día pensé que cumplir con todo me traería una ventaja muy grande y mi taller saldría maravilloso pero la vivencia me mostró algo diferente, conocer a los jóvenes, analizar el contexto e identificar el tipo de grupo me permitió ser flexible y adaptarme a la situación y al momento. Me enseñó a construír nuevas alas y a dejar ir los esquemas y los límites planificados y ese descubrimiento me dio pie a construir nuevos cronogramas con nuevas actividades y dinámicas divertidas donde el tiempo no fue un limitante y lo importante fue cumplir los objetivos de distintas maneras

A lo largo de mi experiencia, tropecé con varios obstáculos. Hubieron momentos de improvisación que me causaban frustración y otros momentos en los que, se destrozaban todos mis planes por culpa de terceros. Me di cuenta que a veces, saltar al abismo tiene sus ventajas y otras veces, sí funciona la planificación. De cualquier manera, impartir los talleres con vocación motivaba a los jóvenes y eso era algo que jamás debía perder. Las charlas del programa a veces eran aburridas y algunas conversaciones internas eran bastante incómodas pero con Najray todo era más llevadero y divertido porque nos cuídabamos del sistema y nos apoyábamos mutuamente y así pasó el tiempo...los talleres comenzaron a ser rutina de cada mes. Los voluntarios llegaron para ser capacitados y las oportunidades comenzaron a crecer. Pasé de dar talleres a colegios con 35 estudiantes a capacitar a docentes del Municipio de Viacha. Comencé con grupos pequeños y terminé dando charlas a mas de 160 estudiantes. Todo el miedo a hablar en público terminó. Mis habilidades al momento de explicar el tema y de motivar crecieron con tan sólo arriesgarme y creer en mi misma. 

Pasaron los meses y llegó una nueva compañera a la oficina, el clima laboral mejoraba y el trabajo en equipo también, pero seguía un compañero de trabajo trayendome algunos disgustos, hasta que llegó el Festival de Empleo y Emprendimiento. Hasta ahora me sorprendo de la cantidad de Universidades a las que fui, caminaba por horas y por zonas distintas y me entrevistaba con cada Gerente de Marketing para poder llenar la Plaza San Francisco y que los jovenes puedan tener mucha información sobre las ofertas académicas. Me impresionó el poder de convencimiento de Najray y la capacidad con la que se movía para obtener contactos de empresas grandes. Mi jefe y mi compañero de trabajo quedaron sorprendidos el día del festival. Fue tan exitoso que mi jefe se volvió el aliado número 1 de Najray y las autoridades decidieron aumentar presupuesto al POA ante tal éxito 

No cabe duda que Najray y yo hicimos la mitad del trabajo y entre tanto, hubieron muchas injusticias, imrpovisaciones, dificultades, frustraciones y hasta decepciones de todo el equipo pero al final del día, después de tanto cansancio y muchaaas horas extras, la experiencia de haber planificado un festival desde rayar la plaza con estuco a las 7 de la mañana hasta recoger todos los materiales, mesas, sillas y carpas a las 21:00pm nos ayudó a esbozar una sonrisa de satisfacción que marcó un antes y un después de planificación, esfuerzo y trabajo personal. A la semana siguiente, mi jefe y mi compañero de trabajo cambiaron de actitud. El trabajo en equipo y la familia CJE comenzó a crecer. Najray y yo comenzamos a ser parte del equipo y a tener responsabilidades y funciones mucho más constantes y juntos generamos un ambiente de confianza 

El comunicator, ese chat de la alcaldia, en el que estan registrados los 7 mil funcionarios públicos, era un chat interesante porque podías encontrar todo tipo de información y hablar con cualquier persona sin importar su cargo. Con Najray nos pasabamos horas escribiéndonos y riendo sobre el sistema de la alcaldia y sobre algunas personas. A veces no aguantabamos la risa y nos escondíamos detrás del monitor, bueno...solo yo...ella tenía una compu más pequeña y debía aguantarse la risa. Ese chat fue testigo de la linda amistad que se fue formando a lo largo de seis meses. 

Recuerdo los días en los que iba con mi chaleco amarillo y mi mochila de guerra, caminaba por lugares recónditos e imaginaba que viajaba alrededor de mi propia ciudad. Recorría lugares nuevos para llegar a Unidades Educativas aisladas y a veces no importaba si no iba con voluntariadas, la experiencia de llevar motivación y conocimiento hacia todos los estudiantes me encantaba y conocer las distintas Unidades Educativas me daba una pauta de cómo funcionaba el sistema educativo. Llegaba cansada a casa, los primeros días de talleres largos me dormía a las 9:00pm, sencillamente se me cerraban los ojos. Era difícil levantarme a las 6:00am (especialmente en invierno) pero dormía feliz e iniciaba con entusiasmo una nueva jornada 

Hasta que llegó octubre, nuestro último de mes de trabajo y las emociones comenzaban a flotar en el aire. Dejamos todo en orden incluso las nuevas actividades realizadas e hicimos una cena de despedida en la oficina junto a todos los voluntarios. Hice cartitas para todos y les regalé una cebrita de cerámica pero antes de la despedida mi jefe me sorprendió con una noticia, la noticia de la recontratación. Me llenó de emoción saber que la ONG CUSO INTERNATIONAL iba a recontratarme por tres meses más pero me sentía triste al saber que Najray había conseguido otro trabajo dentro de la alcaldia y ya no trabajaríamos juntas.

Entonces ese día tenía un color y un sabor diferente, al salir derramamos unas cuantas lágrimas y al día siguiente supe que era momento de empezar de nuevo conociéndome a mi misma de una manera mas independiente. Debo confesar que atesoré más los momentos que tuve a medio año, los últimos tres meses (noviembre, diciembre y enero) no había mucho trabajo, todos los estudiantes estaban de vacaciones pero fue un buen momento ya que me ayudó a terminar mi tesis de maestría 

El año 2016 fue el mejor de mi vida y más con esta recontratación. Sin embargo, enero se tornó algo gris ante el sistema municipal, las reuniones de presupuestos y las tareas que me asignaban para la gestión 2017 no eran claras al no tener una respuesta a largo plazo. Pero no me importó, empecé a buscar otras opciones, algo decepcionada por algunas actitudes pero me levanté enseguida buscando nuevos retos y nuevas puertas y entonces llegó el último día de Enero: la despedida 

 Sólo me costó despedirme de mi jefe, los demás de alguna manera fueron momentáneos y no los veía todos los días (algunos sólo eran máscaras y otros los típicos conformistas que ganaban más que la persona trabajadora) pero fue bonito cuando me sorprendieron con un regalo y una carta improvisada (la carta se convirtió en un simbolismo del GAMLP, siempre improvisado) pero la intención se llenó de colores para mí y le dio un significado diferente a mi partida, solo sonreí y agradecí con un tomo de mi libro sobre sexualidad dedicado para ellos

Al intentar dar el último abrazo, debo admitir que no fue como esperaba, fue mas neutral y objetivo pero eso ayudó a no derramar unas cuantas lágrimas que suelen ser normales en estos momentos y al salir caminé sin un rumbo hasta desahogarme por completo. Hoy me siento más libre y feliz y me dedico a mis proyectos personales, a mimarme por completo, a comerme al mundo planeando un nuevo viaje, a leer y a mejorar mi escritura, a invertir tiempo con mis seres queridos, a disfrutar de nuevos artículos y películas y a redescubrirme completa en otro ámbito laboral venidero

Hoy por hoy cuando me preguntan ¿A qué te estas dedicando?

Suelo responder...
Por el momento...a disfrutar mi tiempo libre, a ser libre y feliz.... (aunque también lo haya sido en otras circunstancias, esta vez, tener más tiempo y no estar sujeta a la rutina tiene un tinte especial)