Ella encendió la luz de la lámpara de su velador...
Desafiando las conversaciones,
Encontrando nuevos misterios,
Desprendiendo el cielo,
Arrebatando la noche...
Y no le quedo más que un suspiro,
Encontró mas de diez mil noticias,
Mas de dos mil aventuras,
Y se remitió a callar...
A dialogar y a descubrir,
A perdonar y a aclarar...
Aclarar momentos, sentimientos
Nuevos desafíos,
Nuevas semblanzas,
Despiadantes y a veces somníferas
Cansada y sorprendida dejo de responderse,
A ella misma,
A las estaciones de invierno pasadas,
A las preguntas inconclusas,
A las nuevas conclusiones,
Y a los posibles análisis que recorrían su mente
Pensó en mirar a la luna,
Pero ya no le correspondía,
Pensó en derramar un pétalo de su corazón
Y derramar un poco de perfume
Anta tal desolación,
Pero abatida, desistió....
En vez de eso lo aceptó,
Lo esquematizó,
Lo planteó y entonces sonrió
Sonrío con pura nobleza,
Con delirios de expresión,
Con sabor a oportunidades de miel,
Y con caricias de alma curada...
Ella tan perspicaz,
Tan allegada a la esencia,
A la pureza y al manantial...
A la mañana siguiente...
El sol volvió a sonreirle
Las gotas de mar se quedaron en sueño,
Los cristales no se desperdiciaron,
Las conversaciones se sellaron,
Y aquella sombra finalmente desapareció
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