...Y las palabras son esos delirios de expresión que se encienden en llamas, que lloran con pasión...que expresan sensaciones y proclaman un amor...
martes, 10 de julio de 2018
Destellos de luz en el firmamento
Algo en ella la inspiró para animarse a recorrer un camino conocido que antes le parecía difícil pero hoy se transformó en algo maravilloso. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué le inspiró a caminar y a trepar como si el tiempo se hubiera detenido y sólo existiera ese preciso momento bajo el sol?
Tal vez fue la mezcla de todo lo que estaba viviendo esas semanas... o quizás la acumulación del tiempo invertido en un trabajo de campo desde hace un año y medio...de cualquier manera, la sonrisa no se le borraba y caminar al lado del sol, en compañía de aquella amiga y entre pausas para capturar paisajes que encajen perfectamente bajo el sol le inyectó de energías indescriptibles alrededor de la naturaleza y la oscura noche que cayó directo a sus pies y bajo su sombra...
Los aventones ya no parecían ser una llamada de auxilio, el sol no parecía quemar tanto, las charlas eran la excusa perfecta y el llegar a la meta para poder observar todo el firmamento era el principal objetivo, de pronto, sentirse viva, sentir los latidos de su corazón, observar la ciudad y olvidarse del peligro era lo que más necesitaba...y así fue como escaló hasta la cima y llegó justo a tiempo para presenciar aquel atardecer que se asomaba detrás del cerro...hizo una pausa y respiró a la par del viento que desordenaba todos los lazos interiores que le habían generado apegos y los volvía a unir bajo un mismo cariño y un recuerdo del pasado...y llegó la noche, justo para ofrecerle destellos de luz en el firmamento...corrió despavorida al lugar perfecto bajo una vista perfecta y las luces de la ciudad se encendieron, en tan solo minutos después del atardecer...y parpadeó al mirarlas, se asombró de la ciudad en la que habitaba y sintió como cada luz en cada lugar vibraba a la par de su alegría...sintió que la vida todavía la estaba preparando para muchas sorpresas y aún quedaba tiempo para emerger la Juventud en un solo suspiro
Llegó la noche estrellada y ésta fue su brújula, su mejor luz camino a casa...entendió que más allá de todo lo que alguna vez había sufrido, una aventura así podía ser su mejor medicina y el mejor antídoto para escapar de la rutina, entendió el aprendizaje que podía sentir y de repente todo se ordenó, logró desactivar aquel chip que quedó en su mente, siempre agradecida y con el corazón en alto y empezó a disfrutar el recorrido de vuelta a casa, aquel camino que le regaló el paisaje de su bella ciudad capaz de iluminar destellos de luz en un precioso firmamento
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