miércoles, 29 de enero de 2014

Represalia y frenesí

Ella se sentía inexorable, inquebrantable, indomable
Se levantó después de esa victoria insaciable
Su última víctima quedó totalmente desalmada
Como una pieza destruida de aquel rompecabezas perfecto
Como vidrios rotos de momentos de mentira
Como cartas desmembradas de un te quiero que no fue
Como un solo cuerpo desencadenado 
Y un furtivo encuentro de dos cuerpos embalsamados, acariciados, embrujados

El se quedó perplejo, no hizo ningun movimiento y entre un par de lágrimas sonrió
Y fue una sonrisa irónica
Como la de un cuadro sin perspectiva
Como el arte que derrama  sangre
Como media sonrisa antes de partir
Como un dialogo que nunca termina
Y una historia imposible de contar

Embelecido, desafiante, confuso se levantó
Pero ella ya no estaba...
Ni su labial carmesí en sus labios
Ni el último rastro de tacones debajo de la cama
Ni la seducción indomable de esa noche de pasión
Ni aquel adiós revelado
Ni la cajetilla de cigarrillos esperando en el mesón
Ni el reloj marcando las últimas manecillas que acababan con ese álgido anochecer
Ni un solo rastro...

Solo quedo, eso
Aquello que queda cuando alguien se va
Asesinos recuerdos de un ideal que no fue
Despiadadas heridas imposibles de curar
Confusión de venganza, desolación y desamor
Pedazos inquietos por reparar
Círculos viciosos, soledad en llamas 

Ella desafiante y con las pupilas vacilantes
Emprendió el camino,
Aquel que cerró con broche de oro después de esa noche
Con la victoria en sus ojos, el orgullo en sus manos 
Y uno que otro billete de más

El como una víctima más, un número enlistado
Una sola promesa destrozada
Palabras escritas que dejaron de tener sentido
Y un abrigo esperándolo a las 7 de la mañana
Colgado en aquel lugar frígido
Aquel lugar que le rompió tantas ilusiones efímeras,
Vacilantes, fugaces
Y ni un solo beso que pueda sanar aquella partida
Que en definitiva fue,
Eso.






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