sábado, 30 de diciembre de 2017

Adios 2017


...Tengo la suerte de saber quien me quiere y quien no me quiere, de saber que existe un lugar donde puedo volver, si me hieren...tengo la suerte de tener una pasión en mi mente de entender que mi vida es mi vida pero mi voz es del resto de la gente...quien diga que los sueños no se cumplen que me explique como vivo en esta nube...si, quizás me viste sonreír cuando mas quería huir...pero llore de la emoción cuando cantabas junto a mi...vine para hacerte ver que desde el alma hasta el piel confieso que mi vida he dado siempre y siempre la daré... tengo la suerte de no saber competir con la gente de saber que si yo me equivoco tengo a alguien que puede entenderme, tengo la suerte de ser ciudadano del aire, de sentir que soy libre sin ser vagabundo en la tierra de nadie..



Y ya está, ya se termina el año, hoy es 30 de diciembre, pasado mañana iniciamos un nuevo año sin números redondos, con muchas metas esparcidas en un brindis a la luz de la luna y con fuegos artificiales y hoy he recuperado las energías para volver a mi lugar favorito y reencontrarme con Dios, hoy he sentido el cielo más cerca mío y vaya casualidad, la celebración del medio día fue más que una señal. Me encanta como Dios me habla a través de las personas y como siento que puedo tocar el cielo tantas veces y atraer a mis anheles que mi iluminan desde el cielo


El día de ayer leía la entrada de fin de año del año 2016 y al leer mis palabras me di cuenta que el 2017 tuvo algo en común, la sonrisa despierta, la lucha constante, mi chamarra celeste, la mochila de guerra y los nuevos lugares de la ciudad de La Paz a los que viajé y descubrí durante todo el año y una sonrisa engendró mi rostro cuando descubrí que mis esfuerzos y decisiones estaban llenas de fortaleza y que la vida me acompañó durante todo el año a recorrer mis luchas, no a cambiar realidades sino a hacer algo por ellas


Si tendría que describir este año en palabras lo describiría en dos temporadas de crecimiento personal y profesional. La primera llena de nuevos protagonistas que aunque al principio parecían ser un ideal terminaron siendo esclavos del sistema, el egoísmo y el poder. El panorama se torno oscuro y empecé a perderme a mi misma, sin encontrar consolación en mi ser. Recurrí a mis conocimientos, a mis esfuerzos, a mi fe, a mis ganas de ayudar, a mi empatía y nada parecía ser suficiente. Entendí que a veces decir adiós no significa rendirse y que buscar tu propio camino es válido cuando no te sientes bien en un lugar al que acudes todos los días, entendí que no está mal tener tus propios límites y que cuidarte también es muy importante y que en algunas circunstancias tu bienestar personal pesa más que cualquier compromiso. Entonces mi ser se armó de valentía y me animé a decir adios, no sin antes dar una última lucha que se transformó en victoria ya que a partir de una nueva postura entré a una segunda temporada que tuvo un final diferente y muy conmovedor


En la segunda temporada, seguían las mismas personas pero ya no eran protagonistas de mis días, ni tampoco ideales, se convirtieron en referentes y a veces en guías. Mi aliento y mis ganas de luchar dejaron atrás mis miedos y la postura se tornó diferente, comencé a caminar más despacio y a luchar con aquellos que se dejaron ayudar y el broche de oro fue volver a sentir la sensación de estar en un avión volviendo a volar para reencontrarme con el lugar mágico al Norte de Galicia al que siempre acudiré, Santiago De Compostela. El sueño familiar se hizo realidad, la manera de encantarme por lo sencillo motivó a toda mi familia a emprender el viaje tan esperado y el reencuentro con una de mis grandes amigas fue la pieza perfecta que encajó en el año 2017, el regalo más bendecido por Dios, viajamos y viajamos recorriendo miles de kilómetros hasta llegar al mar y apreciar un precioso faro, llegamos hasta el final de Galicia y hasta el fin del mundo juntas, esta temporada tuvo un toque mágico, con una esencia diferente y volví a mis raíces, me adentré al pueblo de mis abuelos, mis bellos ángeles, recorrimos caminos, ciudades y llegamos al pueblo maravilloso del que tanto nos hablaron en vida, conocí la casa, la iglesia, "los del barrio" y entre tanta nieve y aventura mis ojos se maravillaron al darme cuenta que todo había valido la pena y los volví a sentir de nuevo, recordé sus sonrisas, sus palabras, sus anécdotas, sus expresiones y no existió mayor placer y satisfacción que pisar sus tierras


Gracias Dios por tanto


       

Mañana levanto la copa en alto  por mis dos temporadas y porque en todas estuvo presente el amor de mi vida y mis grandes aliados. Mañana brindo con una sonrisa y abrazo el 2018 con mucha fe para nunca ser indiferente ante el dolor, para nunca dejar de lado mis principios, para admirar mi lucha interna y para mejorar actitudes que me lleven a un bienestar interno cargado de energías y de amor

Este año tuve: lágrimas, frustraciones, sonrisas, amigos maravillosos, reencuentros, viajes, éxitos, amor del bueno y crecimiento personal 

Al año tendré: Mucho de lo anterior y también: Nuevos sueños, menos miedos, nuevas oportunidades, mayor riesgo, nuevos senderos 

Gracias 2017, Bienvenido 2018 y que sea siempre mejor!!!!!!






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